viernes, 2 de enero de 2009

Sin comas

Si no estuviera tan cerca como para pescarme leería. Tengo "La tregua" de Benedetti aquí conmigo y me gusta pero el "temor" me detiene. Al teclado se le han perdido las comas lo cual estoy aprendiendo a manejar. Creo una especie de estilo. El de las frases cortas entendibles. Son tan necesarias las comas... La pausa para pensar. Para reflexionar. Para entender.
El arreglo o cambio del teclado se está postergando como se postergaba Martín Santomé. Veré entonces qué cambia. Si aquí las cosas cambian. Si él cambia.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Recuerdos que vuelven

Conocí Australia a los 15 años. Suerte del destino, no quise una enorme fiesta de cumpleaños, y me fui a Sideney conocer al resto de la familia. Allí, en las Montañas Azules conocí al único un aborigen cuya función era fotografiarse con los turistas. En la foto salgo algo apartada de él.
Hoy escribió mi tía, que vive allí hace más de 20 años. Conoció a dos jóvenes aborígenes en una escuela de Sidney, se comunicaban a través de un intérprete, ya que su idioma no es el inglés.

"Los pocos comestibles que llegan donde viven son muy caros, por lo tanto viven mucho de la caza. Cuando cazan, usan un lenguaje de manos -que nosotros comparamos con el lenguaje que usamos con los sordos- para no espantar a los animales. El lenguaje es una imitacion de la huella que deja el animal en la tierra".
Era la primera vez que usaban zapatos, fue su primera observación.

martes, 18 de noviembre de 2008

Blindness


Sentada en la butaca de la sala de cine, quedé petrificada ante lo que veía. Sí, puede que yo sea una persona fácilmente impresionable, pero me dio asco. Igualmente me gustó. Fui con la idea preconcebida de los malos comentarios leidos en la página de Moviecenter, pero quise ver por mí misma. No leí el libro y ahora deseo hacerlo, ¿por qué escribió esto este hombre? Una buena excusa para incursionar en él. Su concepción se ajusta sin más a todas las situaciones inimaginables. Aferrada al brazo de mi acompañante sobrebibí a la película y me sorprendí buscando casi a tientas la salida del cine. Y recordé más que nada la voz del hombre que rió durante todo el filme, ceguera, pura ceguera.